Cuidados del árbol Juniperus thurifera o Sabina albar |
De la familia de las Cupressaceae es el género Juniperus, integrado por unas 60 especies de árboles y arbustos originarios de varios continentes del Hemisferio Norte. Algunas especies de este género son: Juniperus thurifera, Juniperus oxycedrus, Juniperus communis, Juniperus osteosperma, Juniperus phoenicea, Juniperus horizontalis, Juniperus squamata, Juniperus chinensis, Juniperus drupacea, Juniperus californica, Juniperus x pfitzeriana (híbrido), Juniperus brevifolia, Juniperus virginiana, Juniperus conferta. Recibe los nombres vulgares de Sabina albar, Cedro de España, Sabina de España y Sabina blanca. Esta especie procede de las montañas del interior de la península ibérica, el norte de África y los Alpes de la parte francesa. La Sabina albar es un árbol dioico (plantas hembra y plantas macho) de porte piramidal de joven que con la edad se puede convertir en redondeado, lobulado o desordenado. Son plantas de crecimiento muy lento que pueden alcanzar los 20 metros de altura pero lo habitual es que se queden en 8-10 metros. La corteza está agrietada y se va desprendiendo a tiras. Sus hojas perennes son de color verde oscuro y se parecen a las del Enebro pero después van adoptando aspecto de escamas (como las hojas del Ciprés) con punta. Las flores no tienen interés ornamental: las femeninas tienen forma de cono redondeado y las masculinas de pequeñas espigas. Florecen hacia la segunda mitad del invierno. Los frutos, llamados gayubas, tardan 2 años en madurar y pasar de color azulado a negruzco. Se utilizan en jardines de como ejemplares aislados; especialmente indicados para jardines de bajo mantenimiento y fríos y calores intensos. Su resinosa y duradera madera, de muy agradable olor, se aprecia mucho en ebanistería. La Sabina de España vive bien una exposición de pleno sol y toleran muy bien las heladas (hasta -25 ºC) y el fuerte calor del verano mediterráneo. El suelo más apropiado sería pedregoso, como el que suele tener en su hábitat natural. Son plantas de bajísimo mantenimiento que se mantienen con el agua de las ocasionales lluvias del clima mediterráneo por lo que no es necesario regarlas. La Sabina albar no necesita abonos ni poda. La Sabina blanca es una planta muy resistente a las plagas y enfermedades habituales en los jardines. Dado que el proceso de propagación a partir de semillas es un proceso complicado y muy lento lo mejor es obtener esquejes plantados en un sustrato arenoso y ayudados con hormonas de enraizamiento. |
Fotos del árbol Juniperus thurifera o Sabina albar |