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La Roya (Phragmidium) es una enfermedad que suele producirse en lugares de lluvias frecuentes y suele afectar a plantas de exterior como rosales y geranios.

Podemos detectarla porque aparecen manchas amarillentasen el haz de las hojas que se van uniendo entre ellas mientras que en el envés presenta pústulas que producen un fino polvillo amarillento. Dichas pústulas se pueden extender al tallo.

Son hongos que necesitan mucha humedad y calor para poder desarrollarse por lo que si evitamos estas condiciones nuestras plantas no sufrirán sus ataques.

Existen distintos tipos de Roya según la especie de planta que atacan. Las plantas más expuestas a esta enfermedad son: vincas, crisantemos, claveles, violetas, malvas y rosales.

Pueden combatirse con fungicidas de tipo orgánico a la venta en centros de jardinería y tiendas de plantas.

Es importante que si tenemos plantas afectadas por estos hongos quememos las partes atacadas para evitar que las esporas se dispersen y afecten a otras plantas.

Conocido vulgarmente como "mal blanco". Se manifiesta en forma de manchas blancas polvorientas. Es un hongo que contrariamente a lo que ocurre con otros hongos, no necesita humedad para desarrollarse, además resiste bien el frío.

Para prevenir sus ataques lo mejor es situar las plantas al sol y mantenerlas bien regadas durante las horas de mayor calor en los climas secos.

De las plantas de jardín las más atacadas son: rosal, crisantemo, dalias, violetas, geranios, zinnias y lilas. Entre los árboles: plátano de sombra, lagerstroemia, catalpa y magnolio.

Antiguamente se combatia con polvos de azufre, pero algunas plantas se resisten a esta cura. En el comercio hay preparados muy efectivos y seguros para combatirlo.

Aparece en la superficie de las plantas y se distingue en el reverso de las hojas que se llenan de manchas como un polvillo grisáceo y manchas oscuras que luego secan las hojas.

Es una de las peores enfermedades del jardín ya que se propaga con suma facilidad pues el viento lleva las esporas de una planta a otra.

El tratamiento debe hacerse a modo preventivo a base de azufre y sulfato de cobre. Las partes que ya están atacadas es mejor cortarlas y quemarlas. Si la planta está invadida lo mejor es arrancarla y quemarla.

La época más propicia para que ataque es el principio del verano por lo que habrá que vigilar los riegos de aspersión, ya que la humedad es caldo de cultivo para que la enfermedad se instale.

Tarda unos 15 días en incubar las esporas sobre las hojas.