El tiempo comienza a ser más fresco por lo que hay que espaciar los riegos en el jardín. Los parterres de verano se van poniendo tristes y pronto será el momento de arrancarlos. Cuando llegue este momento hay que abonar de nuevo la tierra con estiércol para plantar los parterres de invierno.
Adquirir los Ciclámenes para los lugares poco soleados. En las zonas de sol son recomendables los Pensamientos (viola cornuta), Caléndulas, Bellis... Plantar coníferas y arbustos de floración como: Pittosporum, Prunus laurocerasus, Verónicas y en general todos los que vayan enmacetados.
Ya se pueden empezar a plantar los bulbos que florecerán en primavera: Tulipanes, Jacintos, Narcisos, Freesias, Crocus, Muscaris.
Recortar los setos. Guardar las semillas de las plantas que se pueden plantar al año siguiente: Tagetes, Zinnias, Don Diego de noche.
Empezar la plantación de Crisantemos.
Tratar el musgo del césped con sulfato de hierro y arrancarlo una vez seco. Cortarlo bajo mientras las temperaturas sean altas; cuando desciendan cortarlo más alto y espaciar los riegos. Abonar a primeros de octubre. Con el frío entra en reposo y no conviene abonarlo más.
Empezar a pensar en el invernaje de la piscina que debe hacerse antes de que empiece el frío.
Si se tiene un pequeño huerto es el momento de plantar: Cebollas, Coles, Lechugas, Guisantes, Perejil, Zanahorias.
Meter ya dentro de casa todas las plantas que hemos tenido fuera durante el verano. Disminuir los riegos sobre todo en los Cactus. Colocarlas cerca de las ventanas para que les dé abundante luz, nunca el sol. Vigilar las corrientes de aire.