No es exactamente una enfermedad. Se trata de la falta de hierro en las plantas que lo necesitan, por lo que la planta tiene mal aspecto.
El encharcamiento del agua es la causa en la mayoría de los casos. Las hojas se ponen amarillas y caen.
Si una planta sufre clorosis hay que averiguar si:
El agua se estanca en las raíces.
Si hay un exceso de cal en la tierra, que la planta no soporta.
Si el agua del riego contiene sales nocivas, problema frecuente cuando el agua procede de pozos en terrenos próximos al mar.
El remedio inmediato y efectivo es aplicar sulfato de hierro mezclado en la tierra o con el agua de riego.
Controlar la dosis pues puede matar la planta si no se administra adecuadamente. Este producto se encuentra facilmente comercializado en cualquier centro de jardineria.
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